Cada año, cada vez que acaba el periodo de vacaciones, son frecuentes las afirmaciones de que se puede padecer el “Síndrome Postvacacional”.

Se entiende como Síndrome el conjunto de síntomas que se pueden presentar de una forma conjunta y que suelen ser características de una enfermedad o de un cuadro patológico definido y que se genera, en ocasiones, por la coincidencia con una enfermedad.  Atendiendo a esta definición no se puede afirmar que la finalización del periodo estival se esté padeciendo el mencionado síndrome.

En el periodo de vacaciones  rompemos los horarios, las rutinas, tendemos a levantarnos a diferentes horas que de costumbre, pasamos más tiempo con la pareja y la familia. Esto origina una sensación de bienestar que se pierde en la vuelta al trabajo.

¿Existe el Síndrome Postvacacional?

Las dos circunstancias, retorno al trabajo y pérdida de los beneficios de las vacaciones, conducen a la aparición de síntomas de malestar e irritabilidad propios de la adaptación que se tiene que realizar a la vuelta a la rutina, nada más.  El síndrome postvacacional no existe ni ha existido nunca.

No es de recibo que con la situación económica que estamos viviendo en el país, la prensa y medios de comunicación emitan información acerca del Síndrome Postvacacional sin antes realizar una verificación con los profesionales de la psicología.

Las personas que no pueden tomar vacaciones en su trabajo, o incluso las personas que no tienen empleo son las que realmente presentan un conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de sintomatología.

Por lo tanto no es una patología, simplemente es un mecanismo que denota la necesidad, precisión o determinación de hacer la adaptación una vez finalizado el periodo de vacaciones.

Son muchos los casos de personas que soportan un alto nivel de estrés por una elevada carga de trabajo, o en los que existe algún tipo de patología previa, en los que aparecen estos síntomas.  En cambio, cuando se tiene un trabajo satisfactorio no aparecen estas alteraciones que pondrían de manifiesto la existencia de este síndrome.

Síntomas a nivel físico y psicológico

Los síntomas que cobran existencia a nivel físico se pueden corresponder con fatiga, sueño, cansancio, dificultad para concentrarse, etc.  Asimismo pueden manifestarse a nivel psicológico: irritabilidad, nerviosismo, tristeza o falta de motivación, síntomas que en un par de días desaparecen con una buena planificación para la vuelta al trabajo. También ayuda reanudar el contacto con los amigos. Unos días antes de la reincorporación es oportuno y útil abordar nuevamente los horarios que se había interrumpido. Es conveniente la llevar a cabo un proceso de transición entre una situación y otra.

Conclusión

En conclusión, el síndrome postvacacional es una acepción a la que se le está dando excesiva importancia, aunque a día de hoy no se encuentra tipificado en ninguna de las principales clasificaciones internacionales de patologías. Pero aunque no esté aceptado como enfermedad, no quiere decir que la vuelta al trabajo tras un periodo de vacaciones no necesite de un proceso de adaptación previo para reincorporarse a la rutina.